jueves, 2 de junio de 2011

"Mentes Criminales", la SAC y el "sudes" Alfredo Pérez Rubalcaba.




      La Policía Nacional presentó ayer la Sección de Análisis de Conducta (SAC), una nueva especialidad policial que se dedicará a crear perfiles de las "mentes criminales" que existen en España y que incorporará, como novedad, la utilización de  técnicas psicológicas para cazar a los asesinos y delincuentes. Así es como Libertad Digital, entre otros, daba la noticia (leer más).

Ante semejante reto, la SAC debería, tal vez, comenzar su entrenamiento analizando el perfil de personalidad del propio ministro. Ello les permitiría conocer mejor la personalidad del “sudes” al que reportan (con este acrónimo formado con las dos primeras sílabas de "sujeto desconocido", es como denominan en la serie "Mentes Criminales" a la persona cuyo perfil están investigando) y, por ende, a desempeñar mejor su trabajo.

En el supuesto de que lo hicieran, el perfil de la SAC tal vez resultaría muy diferente al que expongo a continuación, o tal vez no. Elaborado en base a un mero análisis de la trayectoria política y la imagen ofrecida por  el ministro durante sus muchos años de exposición pública, mis opiniones con respecto al “sudes” Pérez Rubalcaba  no dejan de ser meramente perceptuales y, por lo tanto, susceptibles de ser interpretadas, modificadas o directamente rechazadas. Veamos.



 “Sudes” Alfredo Pérez Rubalcaba:

De temperamento aparentemente bilioso, ambicioso y  consciente de su propia fuerza,  con respecto a este Ministro del Interior, Vicepresidente primero del Gobierno y candidato electo "por mil dedazos" de cara a las próximas elecciones generales, podríamos estar frente a un “sudes” inteligente y astuto, que actuaría con seguridad, aplomo, audacia  y dominio. 

Un  fuerte impulso del “YO” iría acompañado de un excesivo sentimiento de orgullo y sobreestimación de sí mismo y de sus potencialidades y posibilidades. Como ejemplo para corroborar lo anterior, resulta interesante oírle hablar y contar las veces que aparece el pronombre personal YO,  unido a numerosos    "me", "mi", "conmigo", en todas y cada una de sus disertaciones. Ese "yoismo",  junto con  sus declaraciones en la SER afirmando: "sé que todos los militantes del partido socialista me quieren,"  excedería de por sí cualquier tipo de valoración al respecto.  Con una enorme necesidad de prestigio, y de sentirse reconocido y valorado, el ”sudes” padecería el síndrome del “sentido del mando”,  del control y del  poder.

Su mayor peligro lo llevaría dentro; residiría en su temor a quedar expuesto al ridículo y a que  pudiera quedar al descubierto su propia incapacidad para manejar una situación. En este sentido, los “indignados” de la Puerta del Sol se habrían beneficiado de esta debilidad. Más allá de  cualquier estrategia de corte político –que también- una acción de desalojo fallida,  una carga policial desproporcionada, una situación, en fin, que se le escapase de las manos, sería más de lo que el “sudes” podría soportar. Le horrorizaría su propio fracaso.

Egocéntrico hasta la exageración, nada escapa a su control. Si algo se filtrase, sin que él pudiera evitarlo, reaccionaría de manera exagerada. El temor a fallar, a sufrir humillaciones personales y a su propia derrota, se traducirían en una auto-crítica implacable que se manifestaría, a su vez, en una sensación de angustia y descontrol que iría acompañada de tremendas somatizaciones físicas. De todos es conocida a estas alturas la “pésima salud de hierro” del “sudes” y sus continuos ataques hipocondríacos con impacto en el corazón y en el aparato digestivo, que llevarían a los médicos de cabeza. No parece ser menor su sensibilidad a los problemas del sistema circulatorio. 

Para agravar aún más el asunto en lo relativo a cuestiones de salud, una incómoda afección por “anisakis”, pareja a la que padecen la ex Vice-Presidenta de la Vega y la ministra Salgado, serviría para recordarle continuamente la fragilidad de su estómago y de su sistema inmunológico. De nada habría servido, al parecer, su rígida y cuidada dieta alimenticia ante la agresiva invasión de tan incómodos parásitos intestinales. 

Sus exigencias y presumibles imposiciones a los doctores - con biopsia de próstata incluida que a punto estuvo de llevársele con los pies por delante, a causa de una septicemia  tal y como informara en su día la prensa-, serían una clara muestra de su autoritarismo y necesidad de control y seguridad de “todo”,  en “todo momento” y frente a "todos".

Es un hecho que, en sus “años mozos” practicó el deporte como actividad física que le ayudaría a liberar su exceso de tensión. Naturalmente, un “sudes” tan competitivo como él, querría llegar siempre el primero a la meta. He aquí la “liebre” y el “sprinter” -Bono y Zapatero “dixit”- personificados en uno; ese mismo al que, de manera empalagosa y laudatoria  “ad nauseam”-foto incluida- se refirió el diario “El País” en un artículo publicado el pasado domingo.

Trabajador duro, incansable y tenaz, el “sudes” preferiría trabajar en soledad. No toleraría la rutina, ni la burocracia.  Sería pésimo, pero pésimo, para el trabajo en equipo.
Implacable enemigo de aquellos a quienes considera sus enemigos, necesitaría amplios márgenes para maniobrar a su antojo y que todo estuviese despejado y sin obstáculos  a la vista. Con este perfil tan suyo, ¿cómo podría tolerar este “sudes” que Chacón se interpusiera en su camino y compitiese con él en unas primarias?.

Por el contrario, fiel amigo de sus amigos, no dudaría en poner a disposición de estos toda la ayuda que fuera necesaria cuando la ocasión así lo exigiese. Así las cosas, ¿cómo podría resistir la tentación de apartar a un lado al ministro Caamaño, amigo y protegido de la ex Vicepresidenta de la Vega, para poner en su lugar a su gran amigo el ex-ministro Alonso?

De origen cántabro, sin demasiado apego a su tierra, mantendría estrechas relaciones, sin embargo, con otros oriundos de la zona, a quienes se siente unido por fuertes lazos de amistad y compromiso personal. En base a esa lealtad, desconocemos hasta que punto sería cierta  una frase que se le atribuye a raíz de la intervención de las filatélicas Afinsa y Fórum cuando, al parecer, tras ser interpelado en público sobre "qué" iba a pasar con esas dos empresas, su respuesta tajante dicen que fue: "A esas dos empresas las quiero muertas".
 
Sujeto capaz  de llevar a cabo acciones inesperadas de alto contenido ideológico, y dotado de un fuerte sentido del humor, encontraríamos su auténtico talón de Aquiles en la necesidad de ser admirado. 

Paradójicamente, aunque preferiría estar solo, a causa de su exagerado ego (“YO”) le asustaría la soledad y la sensación de vacío cuando no escuchase el chispeante y gratificante sonido de las “loas” de terceros y su cercanía física. Su perfil muestra que lo necesita tanto como el oxígeno para sentirse vivo. En este sentido, de impresionante podría considerarse su ultima pose: "llámame Alfredo".

Todo apunta a que el “sudes” viviría en el presente y, como tal, valoraría y reaccionaría con agudeza y rapidez a cada reto puntual que se le presentase. Sin embargo, su aparente necesidad de controlar y de vivir con una sensación de total seguridad, unida a su ingenio, agudeza, y perversa capacidad de maquinación, le convertirían  en un buen planificador de las “grandes jugadas” a largo plazo. (Los perjudicados por la intervención de Afinsa y Fórum Filatélico somos conocedores de,  hasta que punto y con cuanto refinamiento, podría el “sudes” poner en práctica semejantes “dotes” personales).

Aunque pisa fuerte, el  “sudes” Pérez Rubalcaba no habría sido capaz de desarrollar  armónicamente su propia personalidad. Esto se refleja en un más que evidente orgullo, en algunos gestos de megalomanía y en la desproporcionada confianza que demuestra en sí mismo y en su carisma personal. (Ya circula por los mentideros un comentario en el que, refiriéndose a las –según él- carencias en habilidades de comunicación y escasa fotogenia de Mariano Rajoy, se le habría escuchado decir textualmente: “Con dos debates en televisión, dejo al PP sin mayoría absoluta. A Rajoy, la cámara de TV no le quiere”. Sin comentarios.


Sus constantes parpadeos al hablar en público, claros delatores de inseguridad que dejan al descubierto su lado más vulnerable: el terror a equivocarse, a quedar en ridículo y al fracaso no ocultan, sin embargo, su audacia y habilidad para demostrar su propia fuerza de manera espontánea y con aparente naturalidad. Consciente de ser poseedor del don de la oratoria –retórica y demagogia incluidas-  y de un fino sentido del humor generalmente cargado de ironía, cuando no de vitriolo, (que se lo digan al diputado popular Gil Lázaro), el "sudes" utilizaría estas herramientas, junto con una innata habilidad para mentir, tanto para desembarazarse de terceros y de situaciones incómodas que le pusieran en un aprieto, como para conseguir cualesquiera que fueran sus propósitos y objetivos.  Tal y como suele repetir el periodista Román Cendoya, en Alfredo Pérez Rubalcaba encontraríamos al político “que miente con más sinceridad”.

En nuestro “sudes”, el sentido de autoridad podría haber mutado a puro autoritarismo; cualquier atisbo de generosidad no pasaría de ser un estéril acto de  exhibicionismo y su deseo de auto-afirmación sería pura tiranía y afán de dominio. Algunos de sus colaboradores directos, y el personal bajo su mando, sufrirían entonces  sus excesos a causa de una desmedida auto valoración, un ego fatuo e inflado  y un exagerado “yoismo” individualista. Ante sus propias ambiciones personales, los demás, en realidad, podrían llegar a importarle menos que nada.

Inteligente, pero de aspecto frágil, y poco agraciado,  el “sudes” necesitaría sentirse admirado y esto le convertiría en presa fácil de la adulación. Como ya hemos mencionado, su auténtico talón de Aquiles estaría en la opinión que tendría de si mismo y en una continua necesidad de reafirmación de su propio “YO”.

Todo apunta a que, un “sudes” orgulloso y exigente como parece ser,  podría llegar a convertirse en un auténtico tirano, carente de sensibilidad y capaz de provocar tremendos sufrimientos a todos aquellos que considerase sometidos y bajo su control, una vez hubiese llegado a una situación de poder que dominase de manera absoluta.

Que Dios nos  coja confesados si un perfil como el anterior encajase, realmente, con el de un  "sudes" que llegase finalmente a la Presidencia del Gobierno.

6 comentarios:

  1. Precioso. Enhorabuena Mila. Matrícula de honor. De todas formas, a mí que me gusta observar, yo le detecto inmediatamente cuando miente y cuando se le hace daño en su interior. Por lo tanto, no le veo tan hábil como creen muchos.

    Un beso.

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  2. Hola Villa: Para mí, al igual que para tí, "el sudes" es un libro abierto, pero... ¿a cuantos millones de españoles tiene engañados?

    Otro beso para ti,
    Mila.

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  3. Enhorabuena Mila. Encomiable y perspicaz tu análisis. Este personaje en simboliza como nadie lo peor del Felipismo y del Zapaterismo pondría los pelos de punta al más catastrofista del país de llegar a presidirlo. Haremos lo indecible para que esto no suceda.

    Un fuerte abrazo. Javi.

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  4. Hola JAVIGY: contáis con todo mi apoyo. Solo tenéis que decirme en qué puedo ayudar.

    Un fuerte abrazo,para ti también, amigo mío.Mila.

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  5. Un maligno personaje sin duda, perfectamente diseccionado en su fondo y en su forma; lástima que en esa radiografía en colores, y yo diría que hasta con música y sonido, tan pulcramente revelada, no aparezca localizada una víscera o una glándula característica de la falsedad y de la mentira, generadora de la trola permanente, y poder pedirle al más eminente de los cirujanos del mundo, que se la extirpe, que la destruya, que se la arranque y la disuelva en los mismos jugos extraídos al individuo, porque en ella radica la esencia de su maldad.

    De la mentira como blasón y emblema propio de su naturaleza, se deriva todo lo demás. Hasta el parpadeo mismo, es una mentira. Y mentira también es su raído aspecto.

    Alfredo Pérez Rubalcaba, es malo, malísimo, por ser tan mentiroso. No en vano frente al espejo se miente a sí mismo y se miente una y otra vez, hasta quedar convencido de su propia mentira. Un caso insólito, pero real.

    Es increíble que alguien tan mentiroso y falso pueda ostentar y acumular tanto poder, cuando en ropas menores, con sus canillas al descubierto y seguramente con roña, los costillares como un teclado, la figura encorvada (de cuervo) en perfecto desequilibrio y con vello corporal lacio y que en definitiva dé asco verlo por su falta de vigor, parezca que demande una ayuda para mantenerse. Como se diría en mi tierra, con media hostia, adiós el mono.

    Pero ahí lo tenemos, haciendo gala de poderío, engañando y retorcido como un gancho de retranca y haciendo cuanto en su mano esté para prodigar el mayor daño posible a quienes no le adulan, que somos casi todos, y se mantiene y lo mantienen como al semental de la piara. Hay que ver a dónde hemos llegado en la búsqueda desesperada del líder.

    Lo malo es que, como concluye en su trabajo la autora, a poco que no andemos listos, nos lo comemos y lo bebemos presidiendo la nación. Y volveremos a tener otro, como el de ahora, que rehúye de utilizar, y no le importa que los demás lo hagan, el apellido de su padre.

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  6. Hola Anónimo: Según las últimas encuestas "va a ser que no". Quiero decir: que va a ser que no nos lo vamos a tener que comer con patatas fritas.El PP saca una holgada mayoría al PSOEZ.

    Espero que Rajoy, con la ayuda del voto de millones de españoles, se lo impida.

    Por el momento, todo apunta a que así será aunque con este "sudes" de por medio.... ¡¡uff!! nunca se sabe. Mejor no bajar la guardia ni un milímetro.

    Saludos cordiales,

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