jueves, 16 de junio de 2011

A llorar a otra parte.


       Eso es lo que nos dicen a nosotros, los expoliados por el malhadado gobierno de Zapatero, cuando reivindicamos nuestros derechos: "A llorar a otra parte. Solo faltaría que el Estado tuviera que devolveros el dinero que habéis perdido por invertir en dos chiringuitos. Codiciosos, más que codiciosos".

A ver si le dicen lo mismo a los llorones de Mediapro, ahora que RTVE ha decidido poner punto y final al chollo de Roures, vía externalización de algunos programas a cuenta del erario público, es decir: a tu costa y a la mía, querido lector y sufrido contribuyente.

Resulta que cuando el consejo de RTVE decide que lo mejor es trabajar con producción propia y cortar de raíz la mamandurria que se traen los "coleguis" de Zapatero - ahora que el susodicho está "ga-gá" y más sonado que "El Poli" en sus peores momentos-  los trabajadores se ponen a lloriquear al ver la dirección de la rutilante flecha que marca "Salida", y dicen cosas raras,  tales como: "El cierre ha sido una decisión política" (leer más)", para justificar el ocaso de Jauma, y el fin de una etapa.(Leer más).

Hay que ver como son estos chicos y las cosas que dicen. No que le salían a RTVE por un ojo de la cara; no que los trabajadores de "La Casa", hartísimos de la situación y aburridos por la falta de actividad, deambulan por los pasillos o permanecen de brazos cruzados en los despachos viendo cómo se externaliza lo que podría ser producción de la propia RTVE, realizada a un coste infinitamente inferior; no que el sindicato que les representa está más que harto de semejante trato de favor... No. "Decisión política", lo llaman, y se ponen a llorar porque se les ha acabado el chollo. (Leer más).

 

Puede que, efectivamente,  lo sea, pero en tanto no se les conceda el dudoso honor de ver cómo se publica la noticia de su punto y final de manera oficial, vía documento "Puntos de Vista" , (Ejecutiva Federal del Partido Socialista), tal y como hicieron a raíz del saqueo de Afinsa,  estos de Mediapro tendrán que conformarse con la vulgaridad de pensar que les ha llegado la etapa de las vacas flacas simplemente porque se les ha acabado la mamandurria,  porque el guiso del poder se cuece ahora en otros fogones y porque no son competitivos.

Ahora que se acabaron los privilegios y el trato de favor dispensado a los "Barrosos",  "Roures" y "Contretras", tendrán que buscarse la vida, y el "curro", como el común de los mortales. Claro que también les queda la posibilidad de reinventarse; renunciar a su pasado Mediaprosiano y volverse Prisaicos radicales;  leer El País en la intimidad, ponerle un par de lamparillas a Santa Rita y permanecer atentos a la pantalla y  a la espera de que algún día se les aparezca el candidato-protegido del Grupo, les coja de la manita y en un guiño de complicidad, adornado con una de sus ladinas sonrisas, les invite a seguirle susurrándoles al oído:  "llamarme Alfredo".

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