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domingo, 30 de enero de 2011
Hotel Palestina..., Juez Santiago Pedraz..., Caso Afinsa...
Carlos Hernández, era uno de los periodistas que cubría para Antena 3 TV la Guerra del Golfo. Estaba en el Hotel Palestina el día en que un disparo de tanque acabó con la vida de su compañero y amigo, José Couso.
Ocho años después, Hernández recuerda lo sucedido, a través de varios artículos escritos en el diario El Mundo, en los que se hace eco del viaje de la comisión judicial encargada de llevar a cabo la reconstrucción de los hechos ocurridos en el puente Aljumuriya y el hotel Palestina, donde estaba trabajando el cámara Couso cuando fue alcanzado por el disparo de un tanque estadounidense. La referida comisión judicial está encabezada por Santiago Pedraz, juez instructor y Decano de la Audiencia Nacional.
En el primero de sus artículos, titulado "Esperanza", Hernández hace un encendido elogio hacia la actitud del valiente juez que, desafiando las prohibiciones de "propios" y "extraños" -léase sobre las filtraciones de Wikileaks"-, está llevando a cabo una minuciosa inspección ocular del terreno como parte de las diligencias en curso.
Vaya por delante mi solidaridad y respeto hacia la familia del camarógrafo Couso. Luchan por esclarecer la verdad de lo sucedido, y están dispuestos a llevar esa lucha hasta el final. Yo también lo haría y, por lo tanto, huelga decir que comprendo -y comparto- plenamente su lucha y sus reivindicaciones..
Sin embargo, lo que ya no sé si comparto es el fervor con el que Santiago Pedraz parece entregarse a determinadas causas que se desenvuelven en la arena internacional, mientras mantiene abierta y en curso otra instrucción de gran calibre, aquí mismo, en suelo patrio, a raiz de la intervención político financiera de Afinsa Bienes Tangibles, cuya instrucción mantiene abierta el juez desde hace ya casi cinco años. De la resolución final sobre dicho proceso, están pendientes más de 190.000 personas. Naturalmente, el número ha ido disminuyendo con el paso del tiempo pero ¿sirve de algo citar aquellos que ya nos han dejado?
La admiración que Carlos Hernández siente por la encomiable labor del juez, salta a la vista. Ello me hace inferir que durante estas jornadas memorables que le está tocando vivir cerca de Pedraz, habrá momentos para conversar con él de muchos temas relacionados con las peculiaridades que rodean a la llamada “administración de justicia”. Quiero suponer que en esos ratos de charla distendida, alejada de los “procedimientos rigurosamente judiciales”, la comunicación del juez sea mucho más fluida y enriquecedora, de lo que ha sido en las tres “conversaciones” –por llamarlas de alguna manera- que he tenido la oportunidad de mantener con su señoría, hasta la fecha.
Como no resulta fácil acceder al juez, volver a hablar con él, contarle lo que estamos padeciendo muchos a causa de una instrucción interminable, me conformo con hacer un ejercicio de imaginación para conectarme con él en la distancia; escribirle una carta trasladándole el estado de nuestra situación, ahora que él se encuentra tan lejos de España, por si tuviera la suerte de que alguien la “capturase” a través de los "robots" buscadores de internet, y tuviera la amabilidad de hacérsela llegar. A veces, la distancia es buena para hacerse cargo de cual es la verdadera dimensión de los problemas pendientes, y para reflexionar sobre los frentes que se mantienen abiertos.
Señoría:
Sirvan estas líneas para manifestarle que me congratulo enormemente de las actuaciones que está llevando a cabo en Irak, con el fin de esclarecer los hechos que rodean la muerte de José Couso.
Dicho esto, paso a informarle de las últimas novedades ocurridas aquí, en España, sobre otro caso que se encuentra bajo su jurisdicción y del que, por el momento, tal vez en atención a los numerosos requerimientos y obligaciones internacionales que reclaman su presencia, usted se encuentra ciertamente desconectado.
En relación al “Caso Afinsa, yo diría que por aquí, las cosas no van mal. Es más, señoría, me atrevería a afirmar que empiezan a ir bastante bien. Resulta que ayer, sin ir más lejos, un diario de alcance nacional, El Economista, publicaba una noticia que afecta directamente al procedimiento concursal de dicho caso.
Tras el más que descriptivo título: "El Juez dice que los contratos de Afinsa son mercantiles", el periódico salmón daba a conocer, en un extenso artículo, parte del contenido de la última providencia dictada por el juez de lo mercantil Francisco Javier Vaquer Martín, dando instrucciones muy concretas a la administración concursal para que presente, en el plazo de diez días, un plan de liquidación "conforme" a la doctrina dictada por el Tribunal Supremo, mediante dos sentencias del pasado mes de diciembre, en las que los magistrados ratificaban la naturaleza mercantil de la actividad de Afinsa Bienes Tangibles, S.A., y con ello el auto dictado por la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional el 5 de febrero de 2010.
Si tiene la oportunidad de leer estas líneas señoría, se percatará inmediatamente de que esta providencia del juez Vaquer sella cualquier rendija por la que algunos despacho de abogados y asociaciones (ej: Gil Robles y Adicae, entre los más conocidos), llevan años intentando escapar, para eludir nuevas líneas de actuación en defensa de sus clientes perjudicados, bajo pretexto de que, tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal supremo carecen de competencias para pronunciarse sobre un tema en el que, sin embargo, si tiene amplia competencia y jurisdicción, dicen ellos, un juez de lo mercantil; juez que, por otra parte, dictó sentencia en su día diciendo que la actividad de Afinsa era financiera y que, tal y como señalo más arriba, acaba de someterse a la doctrina dictada por el Tribunal Supremo.
Tras casi cinco años de sufrimiento, esta noticia publicada por El Economista nos hace concebir esperanzas sobre una pronta resolución del “Caso Afinsa”, porque, a mi corto entender, este pronunciamiento de Vaquer debería cerrar, de una vez por todas, la enorme brecha que existe entre los procedimientos penal y mercantil, en la causa abierta contra los directivos de dicha entidad, de la cual usted es el juez que instruye el primero de los referidos procedimientos.
Que cosas, señoría. La justicia, que tiene los ojos vendados pero no es del todo ciega, ha venido ¡por fin! a echarnos una mano.¿Cómo puede concebirse que a la luz de unas sentencias dictadas por la Sala Tercera de lo Contencioso Administrativo y la Sala Cuarta, también de lo C.A. del Tribunal Supremo, ahora ratificadas por el juez de lo mercantil, se siga manteniendo que no había sellos, que los pocos que habían eran falsos (por cierto: negros se están viendo los administradores concursales para saber por donde pueden empezar a liquidar 150 millones de unidades filatélicas que son propiedad de los clientes); que los legítimos accionistas de la compañía, señores Cano y Figueiredo, se auto-administraban deslealmente, siendo como son propietarios de las acciones cada uno de ellos al 50%; que Afinsa blanqueaba y evadía capitales (ni una sola de las tropotocientas comisiones rogatorias que su señoría ha ordenado poner en marcha han arrojado resultado alguno en este sentido) y que, por último, la empresa era insolvente?
Ahora, a la luz de la providencia del juez Vaquer, nos encontramos con que, a pesar de que los administradores concursales se han gastado una pasta gansa durante estos casi cinco años (creo que la cantidad ronda los 70 millones de euros), los activos reales con los que la empresa cuenta en la actualidad, la hacen ser más que solvente y, por lo tanto, candidata a salir de la fase de liquidación por vía de concurso, en que se halla, a toda velocidad.
Tanto están cambiando las cosas por aquí, señoría, que le gustará saber que yo, como cliente de Afinsa, comienzo a estar pero que muy esperanzada de que mi pesadilla, y la de otros cuantos miles más, llegue pronto a su fin. Y no solo por la providencia de Vaquer, que también, sino porque, leyendo la descripción que de usted hace el periodista Carlos Hernández, no dejo de albergar ciertas esperanzas de que, a su vuelta a casa, ponga orden por fin en este patio de monipodio en el que parece haberse convertido la justicia española -.que dice estar muy “inter-relacionada”, pero que actúa, en realidad, como varios compartimentos estancos- y cierre usted, de una vez, la instrucción del caso Afinsa.
Ya sé que antes le queda un asunto que resolver: la toma de declaraciones de Greg Manning, antiguo CEO de Escala, la empresa estadounidense participada por Afinsa en un 68%, y también imputado, pero eso no debe suponer el menor problema para su señoría.
Es cuestión de que, a su regreso, tan pronto ponga el pie en España, dé órdenes de que le gestionen otro pasaje de avión, esta vez con destino a Nueva York (Manning vive relativamente cerca de la Gran Manzana), y le tome declaración. Si no desea viajar tanto (¡eso cansa lo suyo, y le aseguro que sé muy bien de lo que estoy hablando!), también puede tomarle declaración a través de la Embajada U.S.A. en España. Es más ágil y menos costoso para nosotros, los clientes, porque ese dinero saldría de lo que queda en caja... Pero, en fin, eso no es determinante...
Una vez cumplido este trámite que, al parecer, es el último que su señoría tiene pendiente, la instrucción debería estar prácticamente ventilada. De las tontorrunadas seniles de José Maria Gil Robles denunciando que una empresa radicada en Guatemala y registrada bajo el nombre de “Afinsa” tiene algo que ver con la española Afinsa Bienes Tangibles, mejor no hablar. Supongo que, a estas alturas, los peritos judiciales a los que su señoría encomendó elaborar un informe sobre lo que parece ser una actuación de denuncia temeraria por parte del prestigioso titular del despacho de abogados, ya habrán realizado la tarea que les ha sido encomendada, y tendrán preparado el informe que habrán previsto entregarle justo a su vuelta de Irak, en el que, a buen seguro, dejarán constancia, muy a las claras, de que la Afinsa Española y la Afinsa Guatemalteca, que tanta zozobra y nerviosismo ha generado a Gil Robles, no tienen absolutamente nada en común.
Ya ve, señoría, tal y como le digo, las cosas no están mal por aquí. Resulta que los fundamentos sobre los que se apoyaba el concurso de acreedores, se han venido abajo cual castillo de naipes y que, por primera vez, parece que existe un criterio unánime entre las diferentes Salas de las diferentes instancias; Audiencia Nacional, Tribunal Supremo y también, mal que le pese a algunos, Juzgado de lo Mercantil, a las que aludo más arriba en este escrito.
También hay rumores de que algunos abogados se están organizando para solicitar la nulidad de actuaciones en el Concurso de Acreedores, y eso está muy bien. Todo apunta, señoría, a que ahora tan solo falta que se defina usted. En honor a las cualidades, personales y profesionales de las que el periodista Hernández aporta encendidos detalles en su artículo, tengo para mi que eso ya está a la vuelta de la esquina; que tan pronto ponga nuevamente el pié en España, retomará con toda celeridad y el celo profesional que le caracteriza, nuestro asunto, que ahora se encuentra excesivamente ralentizado, y actuará conforme a lo que miles de personas esperamos de usted.
Por si no lo ha leído, así es como habla Carlos Hernández de su señoría en el artículo en cuestión: (…) “ La actitud decidida y la forma de actuar de un juez español me empuja a sentir ESPERANZA. (…) “Santiago Pedraz y Silvia, su valiente y extremadamente meticulosa secretaria judicial, capean el caos provocado por la multitud de obreros, fuerzas de seguridad, periodistas y testigos que abarrotan ya la habitación 1403” (…) “ Mis ojos están demasiado ocupados viendo al juez colocar paciente y minuciosamente su cámara en el mismo lugar en el que la situó Couso el 8 de marzo de 2003. Apunta con ella hacia el puente en el que se encontraba el tanque o, en este caso, el arma homicida. Es una 'handycam' doméstica, que no tiene ni la centésima parte del alcance del que disfrutaban los tripulantes del carro de combate norteamericano que disparó contra el Hotel” (…) “.Santiago Pedraz no me dice nada. No puede hacerlo por el cargo y la responsabilidad que ocupa. Sin embargo, creo que siente sobre sus hombros el peso de la misión que le ha tocado desempeñar. Es la primera vez en la historia que un juez realiza una pesquisa judicial de este tipo. Es la primera vez en la historia que un magistrado español investiga sobre el terreno un supuesto crimen de guerra. ¿Cómo no voy a sentir, por encima de todo, una ola de esperanza?” (…) “. Los oficiales iraquíes que supuestamente se ocupaban de la seguridad del puente se resistían a dejar, si quiera, bajar del coche al magistrado. Problemas de competencias, la autorización no me vale... lo normal en Bagdad. No les sirvió de nada, Pedraz no se iba a volver a Madrid sin practicar su diligencia. Logró bajar y comenzar a grabar desde una primera posición alejada del lugar real en que se ubicaba el tanque. Le rodeaba una nube de militares vociferantes que llegaron a taparle bruscamente el objetivo de la cámara. Y ahí volvió a imponerse la esperanza. Yo, que con mi supuesta experiencia en estas lídes ni siquiera había logrado bajar de mi vehículo, vi desde la ventanilla cómo un joven juez encorbatado, en pleno corazón de Bagdad, agarraba con fuerza su cámara y su trípode y se abría paso entre los militares. No lograron pararle hasta que llegó hasta el sitio exacto, o casi exacto (¡qué mas da si desde todo el puente la visión del Hotel Palestina es casi la misma!), en que se encontraba el Abrams asesino”
(…) “Jugarse la vida en busca de la verdad.
En un terreno extraño, incomodo y hostil, un juez con aspecto de blandito impartió una lección básica pero imprescindible: si se quiere, se puede. Y lo que es aún más importante, Pedraz, en pleno puente de Al Jumhuriya marcó uno de los tantos más importantes en favor de la justicia universal, los derechos humanos y la libertad de expresión. Hace unos días en Madrid pensé que este día sería una de las jornadas más tristes de mi vida y, sin embargo, me voy a dormir con una sonrisa tonta en la boca. Siempre habrá asesinos, políticos corruptos, salvadores de la patria y dictadores. Pero mientras haya personas dispuestas a jugarse la vida para buscar la verdad, siempre habrá esperanza”.
Impecable semblanza, la de Hernández hacia usted. Tristes, muy tristes los recuerdos del periodista...
Reconozco -no quisiera parecer condescendiente- que su señoría está desbordado con tanto ir y venir a causa de tantos asuntos internacionales importantes como tiene entre manos, pero segura estoy de que no va a continuar ignorando por más tiempo la situación en la que nos encontramos casi 200.000 personas que, por otra parte, también estamos deseando ver, más pronto que tarde, una instantánea suya en los periódicos españoles, con un pie de foto en el que se anuncie que, gracias al archivo de la causa que tiene usted pendiente sobre Afinsa, se ha terminado ¡al fin! nuestra pesadilla.
En tanto se momento llega, me quedo con las últimas palabras reflejadas en el escrito de Hernández:
Siempre habrá asesinos, políticos corruptos, salvadores de la patria y dictadores. Pero mientras haya personas dispuestas a jugarse la vida para buscar la verdad, siempre habrá esperanza”.
En esas estamos, señoría, esperando actuaciones inminentes suyas, desde la esperanza.
Atentamente le saluda, deseándole el mejor, más rápido y seguro de los regresos a España,
Mila Hernán Alvarez.
Clienta y afectada por la intervención política de AFINSA.
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Espectacular carta, Mila.
ResponderEliminarSi después de ella, este juez no empieza a tomar cartas en el asunto, es que no tiene corazón.
Confiemos en que lo tenga, compañer@ Anónim@.
ResponderEliminarY, más que corazón, auténtico sentido de la justicia; eso y no otra cosa es lo que solicitamos 190.000 personas de él. Que sea un juez justo. Y que actúe ya, de una santa vez, y no prolongue más esta agonía.
Slds,
Sr. Pedraz, hágale ud. caso a esta señora que sabe lo que dice. Sabemos que su señoría es muy buena persona, por ello en cuantito vuelva se va a poner a resolver nuestro asunto como le pide en nombre de todos la Sra. Mila. Le esperamos en España con los brazos abiertos.
ResponderEliminarSaludos.
La Rumbo
Mi querida Mila, me uno totalmente a las palabras dedicadas a Su Señoría Santiago Pedraz, esperando y deseando le lleguen de algún modo.
ResponderEliminarGracias por ponernos voz.
Eva
Gracias a vosotros por vuestros comentarios. Me ayudan y dan ánimos para seguir en nuestra línea.
ResponderEliminarSlds cordiales, Eva.
Mila.
¿A los ocho años, una "minuciosa inspección ocular del terreno...."? Más me parece a mí que sea un desbordante afán de protagonismo y un desesperado deseo de capturar portadas de revistas y publicaciones; que con los saharauis y los piratas somalíes, no le salieron bien sus desfiles por las deslumbrantes pasarelas de la actualidad.
ResponderEliminarPues si quiere notoriedad de la buena, que se pronuncie justamente sobre la instrucción de Afinsa, sobreseyendo la Causa.
ResponderEliminarAdemás de notoriedad a raudales, recibiría el reconocimiento de miles y miles de personas por haber actuado con justicia.
Slds, Anónim@
Fabulosa e impactante carta capaz de remover a corazones pétreos. Supongo que el señor Juez no pertenece a esta categoría de insensibles, es más, desearia creer y casi estoy convencido que a Su Señoría le adornan las humanas virtudes de la sensibilidad y compasión hacia los más perjudicados que están a su cargo y responsabilidad los cuales. mira por donde, son los daminificados por el escabroso tema Afinsa que cuales ánimas en pena andan implorando que la Justicia se haga de una vez por todas...
ResponderEliminarFrancesc Graus y Fontova, Experto Filatélico miembro de AIEP (Organaización internacional formada por los mejores experto mundiales)
Me sumo totalmente a lo que expones en esa carta, querida Mila.
ResponderEliminarNo dejo de asombrarme, sin embargo, al comprobar en repetidas ocasiones cómo nuestros jueces se enzarzan en berenjenales diversos, cuya legitimidad no voy a discutir (y menos en el caso Couso), pero que a mi entender implican que se desatiendan asuntos menos glamurosos, más locales y cotidianos y acaso muchísimo más comprometedores porque afectan directa o indirectamente tanto a miles de ciudadanos como a personajes de relevancia.
Ahí quisiera yo encontrar ese mismo afán desenfacedor de entuertos, en lo cotidiano, en lo próximo, en situaciones que afectan a cientos de miles de ciudadanos y no solamente por lo que se refiere a Afinsa, familias desahuciadas por una ley hipotecaria al servicio de la banca, el pueblo sometido a los dictados del capital y las grandes empresas, una corrupción que es impresincidilbe erradicar, un fraude fiscal que asusta, etc. etc.
Ello me permitiría acaso recuperar mi maltrecha confianza en la justicia de nuestro pais.
A Francesc y Ramón Jordi:
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo con los dos. El desgaste físico y psíquico de muchos de los perjudicados, tanto de Afinsa como de Fórum, es brutal.
Muchos de los correos que me hacen llegar compañer@s perjudicados deberían ser expuestos; sacados a la luz pública, para horror de quienes se mofan de nuestra situación, y de otros que se muestran completamente insensibles hacia lo que está pasando y dejan que sea el tiempo el encargado de llevarse este expolio por los senderos del olvido.
Entre ellos, Pedraz.
Slds, amigos.