Ayer, manifestación contra ETA y sus criaturas. Gran cobertura en los medios de comunicación -excepción sea hecha de RTVE, naturalmente- y, en mi opinión, no tantas personas como debieran haber acudido a la llamada; máxime teniendo en cuenta que ha sido una de las pocas manifestaciones celebrada bajo un sol radiante y no bajo una lluvia torrencial, tal y como ha sucedido en anteriores ocasiones.
Como protagonistas absolutos de la misma, los gritos contra Zapatero y Rubalcaba. Y la unión de las víctimas. Todas las Asociaciones han salido a la calle, unidas, para protestar contra la banda asesina y repudiar sus movimientos letales para colarnos a sus cachorros en las instituciones democráticas. Esa fue, sin duda alguna, la noticia más comentada: la unión de las víctimas. Más allá de tendencias o colores políticos, por primera vez, le han dado al Gobierno donde más le duele y con el arma que más daño puede hacerle: el clamor de la unidad de todas las víctimas; esa unidad que llevan Zapatero, Rubalcaba y resto de "negociadores" intentando destruir a toda costa, desde los tiempos del traidorzuelo Peces Barba.
La perversa estrategia de la división que pusieron en marcha se ha dado la vuelta y las víctimas han comprendido que, o se unen todas bajo el mismo lema: "POR LA DERROTA DEL TERRORISMO: ETA FUERA DE LAS ELECCIONES", o estos asesinos consiguen colarnos a su "marca blanca" en las próximas municipales y autonómicas. ¡Bien por las Asociaciones!
Algunos, deberíamos tomar nota. Aquí estamos 460.000 perjudicados por la "Operación Atrio", víctimas directas de otro tipo de terrorismo, el económico, que si bien no ampara ni negocia con asesinos que pegan un tiro en la nuca y rematan a sus víctimas cuando yacen medio muertas sobre la fría acera, no es por ello es menos cruel, ni menos sádico, ni su estrategia menos deliberada y planificada.
Con la más miserable acción de terrorismo económico puesta en marcha en España bajo el nombre de una “Operación” que lleva nombre de hotel de 3 estrellas: “Operación Atrio”, este Gobierno interventor se ha llevado por delante el patrimonio de cientos de miles de personas, arruinando con ello sus vidas y las de sus familias, robándoles su presente tanto como sus planes a futuro, sus ilusiones, sus proyectos, su tranquilidad de cara al retiro y la vejez y, en algunos casos, hasta la propia vida. No en vano conocemos casos de algunos perjudicados que decidieron poner fin a su drama mediante la expeditiva vía del suicidio.
A diferencia de lo que está sucediendo con las Asociaciones de Víctimas del Terrorismo, resulta verdaderamente triste comprobar que, con las víctimas de la "Operación Atrio", la miserable estrategia de la desunión diseñada por algún "factótum" del Gobierno, continúa dando buenos resultados.
Lo hicieron bien al subvencionar con una lluvia de millones a Asociaciones pesebreras y receptoras de prebendas (ADICAE, OCU, FACUA, solo por citar algunas), que representan a tantos miles de perjudicados como fueron capaces de atrapar en sus redes, y que de ninguna manera van a alzar su mano contra el Gran Amo que les lleva del ronzal y les da de comer.
Ante la situación de dispersión y desunión que llevamos padeciendo los expoliados desde hace ya cinco años, y dejando al margen a las Asociaciones de Consumidores subvencionadas, yo me pregunto: ¿tan difícil es que el resto de Asociaciones independientes salgamos a la calle, unidos todos bajo un mismo lema que envíe un mensaje cristalino a la opinión pública, y que no deje lugar a dudas de que no estamos ante una estafa sino ante una intervención político financiera de proporciones dantescas? ¿Tan difícil es que algunos representantes de estas Asociaciones comparezcan en rueda de prensa ante los medios de comunicación, para trasladar, de una vez por todas y de manera unitaria, el mismo mensaje? ¿Tan difícil es que la idea fuerza de ese mensaje resulte meridianamente clara, algo que no deje lugar a dudas de que, gracias a las sentencias de los más altos Tribunales que determinan la naturaleza mercantil de estas dos empresas, ya sabemos quién es el verdadero culpable de esta intervención, y que ese culpable no es otro que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero? ¿Tan difícil es dejar muy claro que no queremos que el “Estado” nos pague ni nos “dé”, nada, y que, por el contrario, lo que reclamamos es que nos devuelva aquello que nos ha expoliado de manera indigna, ilícita, interventora y miserable, por hacerle presumiblemente un favor a la Gran Banca? Pues al parecer, si. Muy difícil, cuando no imposible.
De cara al 9 de mayo, fecha del quinto aniversario del expolio de los clientes y del saqueo de las compañías, si Dios y el sentido común de algunos no lo remedia, habrá víctimas de la Operación Atrio que volverán a la calle para protestar por su situación y reclamar lo que les han robado. Salvo que se cuide muy mucho el lema de la manifestación, los pocos medios de comunicación que se ocupen -¿tal vez unos segundos?- de nosotros difundirán, ¡una vez más! el mismo y patético mensaje al que ya nos tienen más que acostumbrados: “Los perjudicados por la estafa de Forum y Afinsa reclaman al Estado que les pague el dinero de sus inversiones” .Pues, si esto fuera así, lo cierto y verdadero, queridos amigos, es que somos muchos los que, desde el origen de esta fechoría, no estamos por la labor de formar parte de tan patético espectáculo.
Pero todavía estamos a tiempo. Vaya desde aquí mi ruego a título individual, tanto como en representación de la propia ACLA de mostrarnos unidos, de una vez por todas, y lanzar a la sociedad española un mensaje que entiendan porque explique, con toda claridad, lo que realmente esconde esta siniestra intervención.
Por otra parte, ¿no es eso, además, lo que algunos abogados, que ya tienen muy claro el orígen de este asunto, nos están pidiendo que hagamos?
¡Ojalá, tal y como repite la canción de "Scorpions", soplen pronto para todos nosotros, unidos en el mismo propósito y dejando a un lado las cainitas diferencias, "Vientos de cambio".